¿A quién puede ayudar la terapia visual?
Toda aquella persona que se haya visto reflejada con alguno o algunos de los síntomas que hemos comentado puede ser ayudada mediante lentes de rendimiento y/o terapia visual. Aquí indicamos los casos más típicos:
- Problemas en los movimientos oculares, enfoque o binocularidad.
- Estrabismos y ambliopías (ojo vago)
- Personas que hayan recibido cualquier traumatismo craneoencefálico por leve que sea y esté experimentando mareos, sensación de inestabilidad, torpeza hasta ahora no manifestada, falta de concentración o cualquiera de los síntomas antes descritos
- Daño cerebral adquirido (ictus, parálisis, derrame cerebral…)
- Problemas de lectura y escritura (¿siempre has pensado que no te gusta leer?)
- Problemas de lateralidad infantil, de orientación espacial….
- Hipersensibilidad auditiva o molestias con ciertos ruidos…. (en este caso su mayor beneficio vendría a través de la reeducación auditiva)
A PARTIR DE QUE EDAD PODEMOS EVALUAR A LOS MÁS PEQUEÑOS
A partir de 6 meses pueden realizarse evaluaciones funcionales de la visión. Esta parte es de la que se encarga la optometría, la parte estructural es la que debe ser realizada por un oftalmólogo y es sumamente importante que este le realice una evaluación en los primeros meses de vida, ya que hay ciertas patologías que pueden impedir el desarrollo de la visión binocular si no son detectadas a tiempo.
Si estructuralmente está bien, también es recomendable saber si lo está funcionalmente por eso la revisión a los 6 meses como punto de partida es la que recomendamos. Este momento está determinado por el desarrollo infantil. Al nacer, la visión no es el sentido predominante, está en proceso de desarrollo, el cual es conseguido a través de la estimulación por otros sentidos. En torno a esta edad es cuando empieza a usar de manera más predominante la visión para contactar con el mundo.
En este momento de su desarrollo, no evaluamos la agudeza visual como a un niño de 2-3 años o mayor, sino que evaluamos la capacidad de respuesta esperada ante ciertos estímulos. En Visión de Libertad disponemos de los test y la tecnología adecuada para ello. También podemos si la coordinación de ambos ojos es la correcta para que se desarrolle una buena visión en 3D y si hay algún defecto en graduación que deba ser compensado o vigilado.
El segundo examen está recomendado a la edad de 3 años, es decir, en el inicio de la etapa preescolar. Ya que, aunque no realicen aun lectura, empiezan a tener un contacto continuo con las formas, las letras, el cambio de enfoque continuo, la representación y reintrepretación de lo que ven plasmado en dibujos…y debemos saber que todo su sistema visual funciona bien y que está procesando la información correctamente para poder asimilar todo el aprendizaje. Aunque hay una gran parte manipulativa en infantil, la visual toma suma importancia, y no debemos esperar a que intenten leer para saber si algo no está funcionando bien.
El siguiente momento importante a la hora de evaluar a un niño es a la edad de 6 años, ya que se produce la entrada a primaria y es en el periodo que va desde los 6 a los 8 años aproximadamente cuando se completa el desarrollo visual y este debe ser muy parecido al del adulto. Si esto no es así, es muy buen momento para actuar o hacer un seguimiento de las habilidades que esté completando.
Pero si estos momentos han pasado por desconocimiento, no hay que asustarse, debemos acudir a que el niño pueda ser evaluado completamente en visión lejana como en cercana y en todas las habilidades visuales que requiere para el aprendizaje. Debemos prevenir, ya que cuanto antes se detecta cualquier limitación visual, antes se puede intervenir. Y si el problema es por otro motivo, el optometrista formado sabrá realizar la derivación pertinente.